Antes de nada, vamos a partir de un hecho. Cuándo damos una opinión sobre algo en presencia de otros, queremos tener razón y queremos dar una buena impresión.
Antes de nada, vamos a partir de un hecho. Cuándo damos una opinión sobre algo en presencia de otros, queremos tener razón y queremos dar una buena impresión.
Nos gusta pensar que como seres humanos somos capaces de tomar decisiones correctas y nadie nos influye si no queremos. Así que si, por ejemplo, yo preguntase ¿qué es más largo, una cerilla normal y corriente o un bolígrafo Bic común? Nadie duda que el bolígrafo y nada ni nadie nos haría cambiar de opinión hasta llegar a estar convencidos de lo contrario ¿verdad?