Cómo funciona tu cerebro
¿Has pensado alguna vez porqué te resultan más difíciles unas actividades que otras? Por ejemplo, cuando tienes que aprender algo nuevo, ¿cómo lo haces? Hay personas que tienen que leer para entender, otras necesitan ver y a otros les viene mejor escuchar; incluso hay personas que aprenden mejor al “hacer”.
Esta característica es individual y tan inmutable como el color de tus ojos. ¿Qué quiere decir esto? Si a una persona como nuestra amiga de la foto, que tiene un cerebro que funciona mejor con imágenes (mapas, películas…) le enseñamos nuevos conocimientos con una parrafada escrita(como esta), le costará bastante más que a otra persona cuyo cerebro funciona de una forma más verbal. Y esto no se puede cambiar a lo largo de la vida.
Todo esto depende de cómo funciona tu cerebro en el día a día, de las estrategias, destrezas y habilidades que tiene y utiliza cada día. Es frecuente que no nos detengamos a pensar en ello, al fin y al cabo funciona muy bien, nos permite aprender, relacionarnos con otras personas, movernos sin dificultad, etc.
La mayoría de las personas, cuando nota que aparecen problemas en tareas que hasta ese momento le resultaban sencillas, si son problemas llamativos (por ejemplo, en la memoria, o nos cuesta hablar y/o encontrar las palabras al hablar, se nos caen las cosas de las manos…) acuden, como es lógico, a la consulta.
Si son más leves no les damos mucha importancia y suelen pasar desapercibidas, pero suponen una pérdida de calidad de vida. Cosas tan sencillas como ya no poder organizar las actividades en una agenda, no entender una poesía o un chiste, perder habilidad al escribir, o a montar en bici… y son estas dificultades pequeñas(síntomas menores les llamamos) las que pueden indicar que algo no anda bien en nuestro cerebro y es el momento de acudir a consulta.
Es normal que con la edad se pierdan habilidades, pero creo que las personas que sufren estos “síntomas menores” y sus familiares entienden bien que existe diferencia entre el deterioro normal y el que no lo es.
Muchas personas son capaces de describir sus síntomas cuando acuden a consulta, pero otras en cambio, ante la pregunta “¿qué aspectos de su vida ha notado que han cambiado?”, no son capaces de concretar unarespuesta, solo dicen que “algo no anda bien, ya no estoy igual”.
Aunque hay muchos estudios y avances sobre el funcionamiento cerebral, también está demostrado que ningún cerebro es igual a otro, así que, ¿cómo funciona el tuyo?
La respuesta la tienes en tu evaluación neuropsicológica.
Pero tranquilos, no es invasiva, no ponemos electrodos ni cosas parecidas… consiste en que te hacemos unas sencillas pruebas, denominadas neuropsicológicas, que nos van a dar información de tu actividad cerebral. Parece complicado, pero se llevan haciendo desde los años 90, así que han avanzado mucho.
Es tan sencilla que las aplicamos habitualmente a niños desde 3 años y adultos sin límite de edad por encima.
Pero ¿Para qué sirve esta evaluación?
Una de las principales aplicaciones para las que se utilizan es en juicios por accidente, para valorar el grado de lesión, es uno de los informes de peritaje; para identificar algunos síndromes, como autismo, síndrome deasperger (del que hablaremos en otra ocasión), etc.
En situaciones de daño neurológico (Ictus, trauma cráneo-encefálico, Alzheimer, demencias…) nos permite establecer estrategias para frenar el deterioro y, en muchos casos, rehabilitar funciones perdidas y recuperar una gran calidad de vida.
Por último, también sirven para, sabiendo cómo funciona tu cerebro, podemos desarrollar estrategias deaprendizaje y mejora según cómo funciona tu cerebro que, como hemos dicho al principio, es algo individual y no se puede cambiar a lo largo de la vida.
Si quieres tener tu evaluación o la de un ser querido, ponte en contacto con nosotros y estaremos encantados de atenderte. Cuesta menos de lo que piensas y te ocupará muy poco tiempo. Merece la pena.