Autoridad o negociación, ¿cómo acertar?
Vaya dilema!!!
Este es uno de los equilibrios más difíciles de manejar en los hogares.
Todos hemos oído en alguna ocasión que es mejor negociar, hacer a los niños participar en sus decisiones, no ser autoritarios… y un largo etc.
Pero después de terminar una “negociación” con un “porque lo digo yo, y basta”… nos sentirnos muy mal, que hemos fallado, sabemos que no hay que gritar… y un largo etc.
Así que tendemos a compensar con una pequeña recompensa o capricho, para sentirnos mejor y volver a confiar en que podemos hacernos cargo de la situación sin perder los papeles.
Esta es una de las costumbres más habituales en la educación infantil y de adolescentes. Pero, ¿es realmente eficaz?
[Tweet «¿Cómo encontrar el equilibrio en el hogar con los niños y adolescentes? Cómo elegir entre negociar o imponer autoridad en niños «]
No es que esté quitando la razón a multitud de estudios como este, sobre si somos demasiado tolerantes o estrictos, que es muy recomendable, pero lo que quiero transmitir hoy es que no siempre es buena idea negociar, sobre todo a edades tempranas, ya que corremos el riesgo de crear “pequeños tiranos”.
“Pequeños tiranos” es una manera de explicar ciertos comportamientos de niños y niñas que han adquirido la costumbre de mandar, sobre todo cuando se enfrentan a padres permisivos y, cuando no consiguen lo que quieren, montan esos escándalos que dan tanto apuro y vergüenza a los padres.
Sobre lo que quiero llamar la atención, es que antes de sentirnos mal por no negociar con nuestros pequeños, por “perder los papeles” o cosas parecidas, es que lo importante es ponernos de acuerdo todos los adultos, y pensemos qué cosas son negociables y cuáles no, como por ejemplo:
NO SE NEGOCIA:
- Sus responsabilidades: Deberes del colegio, bañarse, recoger sus cosas…
- Las cosas que están mal: Pegar, mentir…
SI SE PUEDE NEGOCIAR:
- Opciones o elecciones: como por ejemplo, elegir la ropa: cuando tienen entre 2 y 12 años, entre que se pongan lo que digan los padres y lo que quieren ellos, existen un punto medio, y es que los padres den 2 o 3 opciones, para que de ahí elijan ellos.
- Hora de llegada a casa a los adolescentes: escuchar sus argumentos y ponerse de acuerdo los adultos.
- Excepciones al orden de las rutinas… pero no a no cumplirlas.